miércoles, 5 de agosto de 2009

Colegio de Mujeres

Estar en segundo de secundaria y sentir que hay algo diferente entre tú y las demás personas, sentir que no encajas ni contigo mismo ni con el resto es aterrador.


Es un lunes completamente frio, las clases aun no empiezan todas conversan en grupos, yo acabo de llegar, el salón huele mal, es intolerable dejo mis cosas y camino rápido al baño, me lavo la cara; me miro al espejo y odio la falda, la bruza, el pulóver la chompa, las medias altas, los zapatos y el cabello recogido.
-El espejo engaña querida no te ves tan mal- me dice una de quinto sonriéndome- pero mejor te queda la blusa dentro de la falda- cruzo los brazos.
- ¿Cómo sabes eso? acaso me vigilas- camino hacia la puerta del baño y ella se cruza.
-Ya quisieras, no soy activa como tú.- quiero responderle pero no se a que se refiere, ella sale del baño, me vuelvo a lavar la cara y salgo del baño.
Entro a clases saludo a todas con besito y el abrazo respectivo, nada fuera de lo común.
No tengo ganas de estar en clases, rodeada de tanta monja estúpida que lo único que hace es hablarnos de cómo y qué se debe hacer para llegar a la santidad. Sin darse cuenta que al final el único efecto que causa en nosotras es alejarnos de la religión.
-¿me escondes la maleta?- le digo a Sofía sonriéndole.
- ¿la madre ya no se la va a creer Lucí?- yo no dejo de sonreírle, le acomodo el cabello con una mano, ella se sonroja.- bueno está bien, pero ¿puedo ir contigo?
-no- le digo secamente, ella me mira mal, yo la abraso y le susurro- te prometo que el próximo lunes.
Salgo del salón bajo al primer piso, camino por todo el patio, entro al auditorio, cierro la puerta y me aseguro de que no hayan profesores, subo al auditorio, me siento entre las cortina, entonces escucho que sierran la puerta de golpe me asusto, me asomo a ver y es ella es Adri, salgo de las cortinas ella me ve, sube, me saluda, nos sentamos
-¿Por qué no estás en clases?- le pregunto
-¿por qué tú no estás en clases?, nunca te veo los lunes, ni los martes nunca te veo en las primeras hora.
-tanta atención me pones, yo hago lo que quiero, eso está claro cierto.- ella se acerca a mí, me abraza.
-¿te gustaría trabajar?
-¿Cómo?- ella sonríe
- a esta hora todos los días le toca gimnasia a cuarto, bueno hay chicas que tienen chicas y nosotras son sentamos en las gradas y avisamos si viene alguien
-¿Cómo es eso chicas que tienen chicas?- ella se ríe
- No se solo cuido no miro ni nada, veo que no venga nadie, pero no me pongo a ver eh, no estaría correcto
- Está bien, pero no quiero que me paguen lo haré porque me da curiosidad
-Lucí no serás como ellas- niego con la cabeza, pero la duda crece en mi mente.
Me siento en las gradas ella no me habla está escuchando música yo me aburro me aturdo y me arrepiento por primera vez de ver salido de clases maldito el momento, entonces las de cuarto comienzan a llegar y no puedo dejar de verlas en uniformes de deporte, en pantalonetas y llevo una gran sonrisa la cual debo de quitar de mi rostro, pero no puedo ellas tienen toda mi atención. La profesora las manda a correr, ellas sudan y yo también, me paro me siento en las primeras gradas, entonces la mis les ordena que dejen de correr que presten atención, entonces una chica le da un nalgaso a una la otra se ríe, yo me pongo roja, una chica me mira, ella me parece bonita esta roja por correr y me sonríe; yo la ignoro y voy donde Adri, ella se quita los audífonos.
-Se ven bien en mallas
-muy bien
-cuando estemos en cuarto quizás si nos volvemos anoréxicas tendremos ese lindo cuerpo, ojala a ti te crezcan las tetas y dejes de tener cuerpo de hombre.
Yo me miro y me asusto me toco y tiene razón no tengo tetas, ni cintura ni nada de eso.
-vamos a trabajar que solo es una vez cada dos semanas.
Nos paramos nos metemos atrás de las cortinas y ella me dice que hay que esperar a que la profesora de el descanso, yo estoy cansada, nerviosa y todo eso que se siente cuando uno está a punto de morir de curiosidad. Entonces se siente que alguien se acerca y son dos chicas la que me sonrió y a la que le dieron la nalgada.
-Ella es Lucí y me va a remplazar hoy tengo que exponer- ellas me miran y se ríen, Adri les da un beso a cada una y se va, entonces me quedo hay parada sin saber qué hacer si irme o quedarme.
-¿Lucí?- me dice una de ellas
-Luciana- le digo seriamente
- siempre que te veo estas seria y eso que te veo poco siempre paras con Adri y con tres chicas mas
-si Adri
-buena chica- yo le sonrío y me cruzo de brazo- entonces te paras a fuera y se viene alguien silbas- yo no me muevo me quedo estática, y quiero preguntarles que tanto hacen pero me da miedo, pero tengo que.
-¿Qué hacen?- les digo en voz muy baja
-¿Qué hacemos?
-cuando vigila Adri - ellas se ríen
-te lo diaria pero eres muy niña- me acomoda el cabello.
-dile Sandra ya está en segundo.
- mejor se lo mostramos.
Yo me quiero ir corriendo entonces Sandra la abraza suavemente delicadamente como si se tratara de algo preciado y suavemente la besa, ella se deja y suspira, yo no parpadeo, pero no siento asco, siento una ternura, un carencia de tener a alguien así, pero estoy en un colegio de mujeres de monjas y cualquiera diría que estoy en el lugar preciso pero no es así, estoy en un infierno en donde se puede ver pero no tocar, ni mucho menos desear.